El distrito de Ocongate, en la provincia cusqueña de Quispicanchi, es el epicentro de una de las más fabulosas manifestaciones de sincretismo religioso y cultural ancestral andino y cristiano: el culto al Señor de Qoyllur Riti o “Cristo de la roca” que reunirá a multitudes de peregrinos que expresarán su devoción con oraciones, danzas y música de raíces milenarias.
La festividad en honor al Señor de Qoyllur Riti o “Señor de la estrella de nieve” en castellano, volvió a reunir, del 24 al 28 de mayo, a diversas comunidades quechuas, así como a devotos y turistas quienes se movilizarán en una desafiante peregrinación al nevado Colke Punku, localizado a 4,800 metros sobre el nivel del mar e integrante de la cordillera de Vilcanota, una de las más bellas del Perú y del mundo.
Orígenes de la festividad
Los orígenes de esta festividad se remontan al siglo XVIII y según cuentan las tradiciones del pueblo, en aquella época se apareció el niño Jesús a otro niño indígena de la zona, con quien se hizo amigo e invitó a conocer su hogar. Al llegar, sus padres notaron que el niño Jesús estaba ataviado con una vestimenta que destacaba por su brillo. Entonces, dieron parte al párroco de la localidad quien decidió ir en su búsqueda. La leyenda dice que el niño Jesús huyó siendo perseguido por el párroco hasta la montaña, pero no logró alcanzarlo y solo advirtió la existencia de la roca con la imagen de Jesús, que desde entonces se venera hasta la actualidad.
Esta explicación de la devoción cristiana al Señor de Qoyllur Riti se fusiona con los rituales ancestrales en honor a la Pachamama o madre Tierra, a quien se invoca y agradece para pedir por la fertilidad de los cultivos, y también a los apus o divinidades tutelares andinas representadas por los nevados, a quienes se les honra y pide por la protección de la comunidad
Organización
La festividad es organizada por la Hermandad del Señor de Qoyllur Riti, que también se encarga de mantener el orden durante la celebración. Los preparativos empiezan el Día de la Ascensión (40 días después de la conmemoración de la resurrección de Cristo) con la procesión del Señor de Qoyllur Riti desde su capilla en el centro poblado de Mawallani, ubicado en el distrito de Ocongate, provincia de Quispicanchi, hasta su santuario en el nevado de Colque Punku, a 4,800 metros sobre el nivel del mar.
¿Cómo se celebra?
El primer miércoles después de Pentecostés, una segunda procesión lleva una estatua de Nuestra Señora de Fátima desde el santuario de Sinakara hasta una gruta cuesta arriba.
La mayoría de los peregrinos llegan al llamado “domingo de Trinidad”, que es cuando la eucaristía sale en procesión por el santuario. Al día siguiente, las andas y la imagen del Señor de Qoyllur Riti son llevadas en procesión hacia la gruta de la virgen y traído de vuelta. En la noche de este segundo día los elencos de danzantes bailan por turnos en el santuario.
Al amanecer del tercer día, los “Ukukus” agrupados por «naciones» procedentes principalmente de las provincias de Paucartambo y Quispicanchi, escalan los glaciares del nevado Colque Punku para recoger las cruces puestas en la cima, y también traen consigo bloques de hielo que la creencia popular les atribuye propiedades medicinales. Esta costumbre ya no se practica desde hace unos años debido al deshielo que presentan los glaciares debido al cambio climático.
La plaza de Armas del distrito de Ocongate, ubicado a 105 kilómetros al sureste de la ciudad de Cusco, es el punto de reunión y partida de la peregrinación de cinco horas hacia la imponente montaña nevada que alberga la imagen de Jesús inscrita en una roca.
Allí se congregan principalmente delegaciones y comparsas llamadas “naciones”, procedentes de todas las provincias cusqueñas, incluyendo a las comunidades más remotas, conformadas en muchos casos por campesinos que trabajan temporalmente en las ciudades de Cusco o Lima y retornan especialmente para esta singular celebración.
Entre las comparsas participantes destacan las denominadas Qhapaq Qolla, Huayllaschas, K’achampa, Chunchacas, Wayri Chunchus, Qhapaq Negros, Contradanza, Mestiza y Pasña Qoyacha, entre otras. A ellos se suman peregrinos de diversas regiones del Perú, así como turistas nacionales y extranjeros atraídos por la originalidad de la festividad, que genera una de las experiencias de vida más inolvidables.
Personajes
Los “pablitos” o “pabluchas” son los protagonistas de esta festividad. Ellos ascienden a la cumbre del nevado Colque Punku para hacer un ritual ancestral y servir de intermediarios entre los feligreses y el Señor de Qoyllur Riti.
Asimismo, se encargan de garantizar el orden y la seguridad en el transcurso de la festividad y en la entrega de las ofrendas al Cristo de la roca.
Al día siguiente de culminar el ascenso al nevado y presentar las ofrendas, continúa el homenaje con la ejecución de danzas y música a cargo de las delegaciones, comparsas o “naciones” de peregrinos que han acudido a rendirle homenaje.
Durante la festividad existe un momento crucial protagonizado por los “Ukukus”, personajes antropomorfos que ascienden a las cumbres del nevado Colque Punku y protagonizan un ancestral ritual de agradecimiento. Este consiste en trasladar sobre sus hombros una enorme cruz hecha de madera y portan gigantescos cirios encendidos durante el recorrido. Como prueba de su fe y devoción entierran sus manos en la nieve por unos minutos.
Patrimonio Cultural de la Nación y de la Humanidad
El 10 de agosto de 2004 esta festividad y el santuario del Señor de Qoyllur Riti fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación por el entonces Instituto Nacional de Cultura.
Siete años después, el 27 de noviembre de 2011, la Unesco inscribió a la peregrinación al santuario del Señor de Qoyllur Riti como integrante de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.