El avistamiento es otra de las maravillas de la región San Martín donde ahora se han creado centros privados que facilitan a los turistas poder apreciar los colibríes muy cerca.
La región San Martín no solo es un gran atractivo para conocer y llenarse del verde amazónico sino también para disfrutar del avistamiento de aves, una actividad que con el paso de los años ha cobrado bastante impulso para la región y nuestro país y constituyéndose en una actividad principal del turismo.
El Morro de Calzada, mirador natural en el distrito de Calzada, (provincia Moyobamba), es uno de los lugares para apreciar las aves y practicar una actividad gratificante, acercarse a la naturaleza, verlas en su hábitat natural para y escuchar el trinar o canto de las aves de las diversas especies, como el colibrí que es el rey en el valle del Alto Mayo.
El avistamiento de aves es una actividad ecoturística que no es barata pero a las faldas del Morro de Calzada se ha logrado instalar un predio privado, que permite a los turistas el avistamiento de aves dentro de la Zona de Conservación y Recuperación de Ecosistemas (Zocre) -una modalidad de conservación de la naturaleza que solo existe en el departamento de San Martín- de manera más cómoda y económica.
En las instalaciones de Morro de Calzada Amazon Center (MCAC)) de Ikam Expedition, dedicado a la observación de aves, se han instalado bebederos con un néctar, que las atraen y permiten a los turistas ver con toda comodidad a los colibríes, tangaras, gallinetas entre otras especies.
Son una 22 especies de colibríes que se pueden observar y fotografiar, con las tranquilidades del caso, donde predominan el Coqueta Crestirrojiza o Rufous-crested Coquette (Lophornis delattrei).
Erik Reátegui, médico veterinario de profesión, conservacionista y fotógrafo, tiene a su cargo el centro de avistamiento y señaló que se trata de jardín de observación de aves rodeado de bosques dentro de un área de conservación.
«Este es un centro que nos permite apreciar muy de cerca una diversidad de aves en esta zona, básicamente colibríes, y para facilitar a los turistas contactar, prácticamente a primera mano, con las aves, se han instalado comederos que hemos desarrollado durante buen tiempo«, explicó.
¿Y en qué consisten los bebederos? básicamente son una jarras de plástico colgadas estratégicamente entre dos y tres metros donde las aves encuentran los alimentos preparados por nosotros y que contienen un néctar que las atrae.
Este es un trabajo que se viene haciendo ya durante los últimos años. Los colibríes vienen todos los días muy temprano, pero lo pueden todo el día y en la noche y ello permite a los visitantes observarlas con tranquilidad, muy cerca, anota.
Efectivamente, llegamos al promediar a las 8 de la mañana al centro de avistamiento (ubicado a 10 minutos de la plaza de armas de Calzada). Esperamos unos 30 minutos y empezaron a llegar, de a pocos, los colibríes a la cita diaria.
Sobrevuelan unos instantes alrededor de los bebederos sin tener en cuenta a los visitantes y luego se lanzan con sus conocidos silbidos y la veloz agitación de las alas para rápidamente beber el líquido.
No se puede dudar que los visitantes quedan impresionados de verlos tan cerca. Luego pasan a actuar las cámaras y los celulares. En este caso sino hay cámaras y lentes de alta gama, no importa. El objetivo está cumplido. No solo verlos de cerca sino llevarse una foto de recuerdo, será imperecedero.
«Las aves al venir se sienten en un espacio seguro donde se les puede observar con tranquilidad. La intención de estos bebederos es atraer a los colibríes. Estos son unos alimentadores para los objetivos del centro pero es necesario aclarar que no es la única fuente de alimentación porque como se puede ver hay cultivos de flores que son la base alimenticia de estas aves» , se apresta a precisar.
En el MCAC se han sembrado también diversas especies de orquídeas de las cuales los colibríes pueden acceder al néctar y el polen que necesitan para su alimentación diaria además de insectos y arañas.
También existe otro centro de observación es el Waqanki Ecolodge, ubicado a unos 3 kilómetros de la ciudad de Moyobamba y cuenta con un jardín de colibríes donde se ha construido una torre de observación también con bebederos y plantas, donde las aves concurren en todo momento, para delicia de los visitantes, que igualmente pueden tomar sus fotos sin problemas, guardando las tranquilidades del caso.
Allí se pueden observar igualmente unas 22 especies de colibríes de manera permanente siendo el mas representativo del lugar el Coqueta Crestirrojiza.
Asimismo, fue esencial mejorar la calidad del servicio turístico y formalizar a los operadores turísticos y pescadores artesanales para estabilizar la economía local, junto con la promoción de buenas prácticas en la actividad turística comercial y las acciones de mitigación de daños ambientales, así como el desarrollo de capacidades y conocimientos, implementación de políticas públicas y mejora de la seguridad ciudadana mediante la implementación de canales de respuesta rápida.
Perú número 1
En enero pasado, el Perú fue reconocido como líder mundial con la mayor diversidad de aves del planeta con 1,879 especies de aves.
Nuestro país se situó delante de Brasil y Colombia en este tipo de actividades econaturales, El reconocimiento fue otorgado por el Comité de Registros de Aves Peruanas (CRAP), de acuerdo a los criterios del Comité de Clasificación de América del Sur.
El avistamiento de aves es una actividad que da un impulso muy fuerte para el turismo receptivo del país.
En la región San Martín, se han registrado 456 especies de aves, con lo cual es un destino importante para la observación de aves, tanto a nivel nacional como mundial.
Estas son las aves que se pueden encontrar en San Martín: Coqueta Crestirrojiza, Tucancillo de Collar Dorado, Gallito de las rocas, Saltarín de Cabeza Dorada, Fío-Fío Verdoso, Jacamar de Oreja Blanca, Barbudo de Corona Escarlata, Jacamar de Pico Amarillo, Pastorero de Pecho Colorado, entre otras.
El 12 de octubre se realizó el October Big Day 2024, que al igual que el Global Big Day, es una iniciativa del Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell (Estados Unidos).