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Destino

Cerro Baúl, la heredera de la fusión cultural de los Wari y Tiahuanaco

Situada en el valle de Torata, a 25 minutos de la ciudad de Moquegua y a una altura de 2 600 m.s.n.m., se halla la Zona Arqueológica Monumental Cerro Baúl. En sus casi 8 hectáreas, se aprecian recintos ceremoniales, patios, plazas y miradores, que hacen de este destino ideal, para el turista nacional e internacional.

Fusión de culturas

Con una gran historia envuelta entre el polvo de sus tierras, este recinto con más de 1,500 años de antigüedad estima su construcción entre los años 600 a 900 d.c. 

“Cerro Baúl es importante para la región, porque es una zona que tiene ocupaciones de la Cultura Wari y Tiahuanaco. Es uno de los únicos lugares donde se presenta esa convivencia entre dos culturas”, resaltó Hamilton Obregón, coordinador responsable del guiado y orientación de Cerro Baúl.

Su nombre se debe a la forma de su meseta. Un Baúl donde se escondió por muchos años la arquitectura de estas culturas.  Los Wari  habitaban en la parte más alta, mientras que los Tiahuanaco se establecieron en las faldas del cerro.

Entre sus más notables hallazgos, llaman la atención los cuerpos humanos descuartizados y los restos de materiales preciosos. La construcción de viviendas con mejores divisiones y espacios determinados, hace pensar en una fusión entre lo mejor de cada pueblo.

Ruta turística

La cultura andina se hace presente desde los primeros escalones hacia la cima del cerro. Pequeñas cuevas entre las rocas llenas de velas, es un escenario donde los antiguos pobladores realizaban los pagos u ofrendas al místico Cerro Baúl.

En la cúspide, se aprecia un impresionante paisaje desde los tres miradores que ofrece este destino. El mirador de Yacango, Torata y Tumilaca, donde en sus aires se puede ver el vuelo de los gallinazos cabeza roja, un ave representativa de la región moqueguana.

“Subiendo al cerro se ven las viviendas, terrazas habitacionales, y también la primera muralla Wari, una primera parte restaurada y conservada que ha tenido probablemente unos 5 metros de altura como se muestra en la ciudad Wari de Ayacucho”, explicó Obregón a la Agencia Andina.

Entre los templos, el de Pichu Pichu representa un claro ejemplo de la convivencia entre los Wari y Tiahuanaco. Esta llamativa estructura presenta arquitectura con características de Tiahunaco, y restos arqueológicos provenientes de la cerámica Wari. Materiales como vasijas y batanes, terminan de encerrar los elementos dejados por nuestros antepasados.

“Continuamos trabajando en las investigaciones para aperturar otros sectores, como las chicherías. Áreas que más adelante, estaremos encantados de dar a conocer”, anotó Hamilton Obregón.

Destino Seguro

Como parte de la reactivación económica en Moquegua, Cerro Baúl abrió sus puertas el pasado mes de abril. Aunque en un principio eran pocos los visitantes, los arqueólogos sienten que esto cambiará pronto.

El coordinador de Cerro Baúl comentó que empezaron con 40 personas al mes, pero tras la obtención del sello Safe Travels en julio de este año, los turistas aumentaron a 400, una afluencia que ha ido en ascenso.

Con una caminata de aproximadamente 3 horas, es recomendable una botella de agua y sombrero a la mano para dar inicio el trayecto. En compañía de un guía, este lugar abre sus puertas para dar a conocer, lo oculto en uno de los puntos más altos de Moquegua.

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