El próximo 31 de enero se conmemora el 179 aniversario de su descubrimiento por el juez Juan Crisóstomo Nieto.
El descubrimiento del sitio arqueológico se atribuye a Juan Crisóstomo Nieto, un juez de primera instancia de la provincia de Chachapoyas, quien en 1843 realizó una expedición por la zona
Descubierta hace 179 años por el juez Juan Crisóstomo Nieto, la imponente ciudadela fortificada de Kuélap, construida por la civilización preinca Chachapoya, se ha convertido con el paso del tiempo en la joya cultural y turística más preciada de la región Amazonas.
El descubrimiento del sitio arqueológico se atribuye a Juan Crisóstomo Nieto, un juez de primera instancia de la provincia de Chachapoyas, quien el 31 de enero de 1843 realizó una expedición por la zona. Luego de tres horas de exploración, el magistrado divisó a lo lejos las murallas de la monumental edificación, cubiertas de vegetación y prácticamente intactas.
Después del hallazgo por parte del juez Crisóstomo, fueron varios los investigadores quienes se interesaron en explorar la fortaleza. Entre ellos destacan Adolf Bandeliar, quien llegó a la zona en 1893, y expedicionarios franceses como Louis Langlois, quien visitó Kuélap en 1933, y también los esposos Reichlen, quienes trabajaron en el sitio arqueológico en 1950. Los dos primeros sostuvieron que Kuélap no era una fortaleza, sino un lugar fortificado que servía como refugio a los habitantes en caso de emergencia.
En 1972, el arqueólogo peruano Arturo Ruiz Estrada se dedicó a estudiar la alfarería del complejo, cuyos hallazgos dejó plasmados en el libro La alfarería de Kuélap: tradición y cambio. En este texto, el autor plantea una cronología relativa sustentada en miles de fragmentos de alfarería hallados en el lugar y que se correlacionan con los períodos de la historia como el Intermedio Temprano, Horizonte Medio, Período Intermedio Tardío, Horizonte Tardío e incluso el Periodo Colonial.
De igual modo, Luis Alfredo Narváez Vargas se dedicó por varias temporadas a indagar en la estructura y fue así como, en 1986, hizo una detallada descripción arquitectónica y el primer plano completo y más conocido del sitio. Pero ha sido Federico Kauffmann Doig, antropólogo, arqueólogo e historiador peruano, quien más tiempo se ha dedicado a investigar, no solo el complejo, sino también la cultura chachapoya.
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Joya cultural y turística
Kuélap es actualmente el principal atractivo cultural y turístico de la región Amazonas y sigue cosechando reconocimientos a escala internacional.
Esta fortaleza construida íntegramente con piedras, entre los siglos XI y XVI d.C., constituye la mayor herencia material de la cultura Chachapoyas. Está localizada en la cima del cerro Barreta, en la parte alta del valle del río Utcubamba, en la provincia de Luya, a 3 000 metros sobre el nivel del mar y a poco más de 70 kilómetros al suroeste de la ciudad de Chachapoyas.
Este complejo posee una arquitectura circular que se extiende a lo largo de casi 600 metros y tiene como perímetro una muralla que en algunos puntos alcanza los 19 metros de altura.
Existen tres entradas que permiten acceder al corazón de la fortaleza. En una de ellas los pasadizos van estrechándose hasta impedir que pase más de una persona a la vez, lo que facilitó la defensa de sus antiguos habitantes.
Sus colosales murallas y su compleja arquitectura interior son evidencias de su función como un conjunto monumental bien organizado, que incluye recintos de índole administrativa, religiosa, espacios ceremoniales y de residencia permanente. Los principales sectores de la ciudadela fortificada son:
Acceso principal
La entrada principal atestigua su uso para personajes de alto estatus, no solamente por su forma y detalles arquitectónicos, sino también por la ubicación de numerosos bloques de piedra en su construcción que fueron ornamentados con diversos símbolos de tipo religioso que incluyen rostros y animales míticos, serpientes y símbolos de profundo contenido religioso.
En este acceso se han mantenido los testimonios del proceso de crecimiento del sitio, incluyendo grandes capas de relleno que permitieron de manera sucesiva la extensión del acceso, tanto en altura como su crecimiento hacia el interior de Kuélap.
Templo Mayor
Es uno de los centros sagrados de mayor importancia para Kuélap. Este edificio, en la forma de un cono truncado invertido, tiene 13.5 metros de diámetro en su parte superior, en la cual se han registrado numerosas evidencias de ofrendas diversas en rituales complejos que incluyó el colocar huesos humanos dentro del recipiente interior, que se convirtió así en un gran osario.
Plataforma circular
Ubicada inmediatamente sobre la muralla sur del sitio, tuvo una función íntimamente vinculada con el Templo Mayor de Kuélap. En esta plataforma debió residir el personaje que tuvo bajo su responsabilidad el funcionamiento del templo. En el centro de esta plataforma hubo un osario semejante al que se registró en la parte superior y central del Templo Mayor.
Pueblo Alto
El Pueblo Alto se ubica en la parte norte y oeste del sitio y tiene una muralla que lo delimita y separa del resto del sitio arqueológico. Tiene tres sectores bien definidos, a los cuales se accede por dos lugares, uno que permite ingresar al sector norte y central y el otro que permite el acceso solamente al sector sur, de carácter básicamente residencial.
Sector Central
Según las investigaciones, este sector debió cumplir una función pública durante los últimos momentos de ocupación de Kuélap. Por esta razón, solamente cuenta con tres estructuras de formas cuadradas y rectangulares, de época inca, que se superponen a estructuras circulares más antiguas.
En el extremo sur de este sector se ubica una estructura cuadrangular muy destruida, que contenía numerosos entierros humanos primarios y secundarios. Este edificio debió tener un techo a dos o cuatro aguas. Debajo de ella hay evidencias de edificios más antiguos.
El Torreón
Edificio sólido de tipo ceremonial ubicado en el extremo norte del complejo arqueológico, forma parte del sector norte del Pueblo Alto y colinda con un abismo inaccesible hacia el lado oeste. En la parte superior se encontraron centenares de piedras de naturaleza caliza.
Teleférico
Desde marzo del 2017 se puede llegar con mayor facilidad a la ciudadela de Kuélap gracias al teleférico, que reducir el tiempo de traslado, a pie en aproximadamente tres horas por una trocha de 32 kilómetros, a solo 20 minutos.
El sistema de telecabinas Kuélap permite a los usuarios vivir una experiencia única apreciando los impresionantes paisajes que le ofrece el recorrido desde la estación de embarque hasta la fortaleza y viceversa, suspendidos a una altura de 670 metros. La tarifa de traslado ida y vuelta es, a partir de este año 2022, de 23.50 soles.
Gracias al teleférico y el incremento de vuelos desde Lima se ha vuelto más accesible la visita a este complejo arqueológico cuya construcción, hecha por la civilización Chachapoya, es más antigua que Machu Picchu. Por ello, hoy en día se encuentra en los planes de muchos viajeros nacionales y extranjeros.
Safe Travels y Top 100 Green Destinations
El destino más emblemático de la región Amazonas recibió del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), el 14 de mayo de 2021, el sello internacional Safe Travels que lo certifica como destino bioseguro para el turismo en la actual coyuntura de pandemia por el covid-19.
Cinco meses después, el 18 de octubre de 2021, el Mincetur entregó a las autoridades de la región Amazonas el diploma que distingue al destino Gocta-Kuélap por formar parte de la lista Top 100 Green Destinations, un reconocimiento mundial que premia a los lugares turísticos más respetuosos con el ecosistema y mínimo impacto sobre el ambiente y la cultura local.
Asimismo, prestigiosas publicaciones internacionales especializadas en viajes y turismo, como Lonely Planet han recomendado visitar Kuélap al destacar su deslumbrante e imponente arquitectura que la convierte en una auténtica joya turística del norte peruano y una excelente alternativa a Machu Picchu.
“Kuélap se encuentra en los planes de muchos viajeros nacionales y extranjeros deseosos de vivir una experiencia de aventura sin precedentes. Y vaya que así lo sienten quienes llegan a esta ciudad amurallada, de envidiable belleza arquitectónica, levantada sobre una montaña rodeada de nubes que le confieren un mágico escenario”, enfatiza Lonely Planet al resaltar que la ciudadela amurallada es uno de esos lugares que hacen que un viaje al Perú sea tan memorable.